En realidad eso que para nosotros parece polvo, son unos pelitos microscópicos, aplanados, similares a escamas. Cuando las tocamos lo que producimos es que pierdan esos pequeños pelitos y no son capaces de recuperarlos.
Estos pelitos tienen funciones muy importantes para que puedan volar, como la estabilización en el vuelo o la acumulación de calor en climas fríos. De ahí que sea muy importante que cuando veamos un mariposa no la toquemos 🙂
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