Perfil

Me gusta mucho leer, y pasear. Desde que descubrí el senderismo en Irlanda me encanta hacer rutillas de vez en cuando. Los amigos y la familia son muy importantes para mí, aunque también viajo mucho. También me gusta mucho la música clásica y el teatro. Vamos, que soy superdivertida😂

En mi favor diré que me gustan los deportes, aunque ya la edad no perdona. Ya sólo estoy para pasear y para la partida esporádica de ping-pong. Aunque me encanta probarlo todo. Sin ir más lejos, hace unos días un amigo nos dio una clase de Kung Fu. Parece que tengo instinto para pegar….

Me gusta probar la gastronomía de donde voy, ¡aunque me niego a comer insectos si voy a China!

Yo soy una persona bastante inquieta, que me gusta conocer todo lo que puedo. Así que en mis investigaciones he tocado disciplinas bastante diferentes. De hecho, aunque luego he acabado como sismóloga, empecé trabajando en la Plataforma Solar de Almería, haciendo fotos del Sol. Normalmente aplico métodos matemáticos poco usuales en el estudio de los terremotos. Por ejemplo, los mismos fundamentos que se usan para la reproducción genética se pueden usar para encontrar los mejores parámetros que describen unos datos. La forma en que se relacionan las partes de la corteza terrestre para producir terremotos también se usa para demostrar que Kevin Bacon es el centro del Universo. La famosa geometría fractal también se aplica a la sismicidad.  O la manera en que los animadores de Disney hicieron que la escena de Mulan en que el ejército baja por la montaña fuera tan realista también se puede adaptar al estudio  de los terremotos.

Es gracias a la sismología que sabemos cómo es el interior de la Tierra. Las ondas sísmicas actúan como un escáner. Van rebotando en las distintas capas, y nosotros las registramos y vemos cómo son esas capas. También dediqué parte de mis investigaciones a este tema.

Algo muy interesante que hice fue cuidar de un volcán en la Antártida. Existen dos bases españolas en la Antártida, y una de ellas se sitúa en una isla que tiene un volcán activo. Así que en el protocolo de seguridad de esa isla se incluye la obligación de tener sismólogos que monitoricen la actividad sismo-volcánica para decidir si se evacua o no. Todos los demás investigadores, bien sean biólogos, u otra clase de geofísicos, sólo pueden realizar su trabajo si se cumplen las normas de seguridad de la isla. Yo tuve la suerte de participar en una de las campañas antárticas españolas. Fue una experiencia única y maravillosa.

Cuando hay un gran sismo, es seguro que va a haber muchas réplicas. Y algunas pueden ser muy grandes, incluso mayores que el terremoto que las provocó. Encima, ocurren en lugares que ya han sido sacudidos por el primero, y los edificios ya están dañados. Así que es necesario hacer una previsión de lo que puede pasar justo después del sismo principal. En el último proyecto en el que estuve colaboramos con una ONG que acudió a ayudar a la gente afectada en Nepal por el sismo de 2015. Nosotros les dábamos pronósticos de ocurrencia de terremotos (la probabilidad e sobrepasar ciertas magnitudes), y los lugares que parecían más activos. En función de eso, ellos adaptaban su funcionamiento para dar la ayuda que esa gente necesitaba.

Ahora mismo me centro en la producción y evaluación de modelos de pronóstico de terremotos, sobre todo de réplicas. En CSEP se mandan modelos para que sean evaluados con sismicidad real sin que las personas que crean el modelo interactúen con él. Una vez mandado, lo bien que pronostique la sismicidad futura será evaluado de forma totalmente objetiva. Muchas veces los científicos corremos el riesgo de sesgar un resultado, si somos nosotros mismos los que evaluamos cómo de bien se ajusta un modelo a la realidad. No se hace de forma intencional, normalmente, pero es algo que a todos nos pasa. Por eso es tan importante crear centros independientes donde se evalúen de forma objetiva todos nuestros modelos.

Un día típico empieza con la lectura de correos. Algunos necesitarán respuesta inmediata. Pero la mayoría no. Hay otros que son listas de correo sobre las últimas publicaciones en el campo o campos que nos interesan. Es bueno de vez en cuando echar un día en leer lo último que otros investigadores hacen, ya sea en nuestra disciplina, como en otras relacionadas, o incluso algunas que nos interesan pero que no están tan directamente relacionadas con nuestra especialidad. Ocurre en ciencia que muchos métodos pueden usarse en distintos campos. Básicamente, porque son métodos matemáticos, que son el idioma universal de la ciencia. Muchos avances se basan en usar ideas o métodos de una ciencia en otra. Así que es bueno saber también lo que pasa por otras disciplinas científicas. En todo caso, es culturilla general.

Otros correos tratan sobre cosas que hay que hacer. En investigación normalmente se colabora con otras personas, y nos comunicamos unos a otros lo que se podría intentar y lo que estaría bien investigar. Así que nos decimos unos a otros qué creemos que es necesario hacer para seguir con el trabajo en concreto que hagamos con esa persona.

En general mi día a día trata sobre leer, escribir (cuando se tienen resultados que queremos compartir), o calcular. Para calcular se necesita programar lo que queremos que el ordenador haga. Normalmente se nos ocurren cosas que no están hechas, así que tenemos que hacerlas nosotros mismos.

Por supuesto, todo el día hacemos descansos para comer o tomar café. Decía Erdös que un matemático es una persona que transforma café en teoremas. Aunque soy física, sí es cierto que el café es una parte muy importante de mi rutina diaria. Bien porque descansemos unos minutos, bien porque discutamos lo que estamos haciendo con otros colegas y veamos otros puntos de vista y avancemos en nuestro trabajo. O ellos en el suyo.

A algunas personas todo esto les parece aburrido, pero la investigación es un poco como un videojuego.  Se te plantea un problema, y se van probando cosas, se lee información sobre el tema, se consulta con otras personas, etc. Cuando se entiende algo, se sube de nivel. A veces lo que entendemos ya está hecho, pero necesitamos saberlo para avanzar en nuestra tarea. Somos los eternos estudiantes, en cierto modo. Cuando llegamos a un resultado al que nadie ha llegado, lo escribimos en forma de artículo para que los demás lo puedan repetir, o refutar, o usar para avanzar en sus propios estudios.

Ese sería un día normal. Luego hay períodos de tiempo excepcionales, como las conferencias o las campañas de experimentos (en el caso de las ciencias experimentales). En las conferencias exponemos nuestros trabajos más recientes, critican (constructivamente) nuestro trabajo, y podemos ver lo que los demás están haciendo y debatir sobre ello. Son períodos cortos en los que se puede recabar mucha información. En mi caso, también he hecho campañas sísmicas. Son períodos en los que medimos, estamos tirados en medio del campo, o donde sea, guardando el instrumento para que nadie lo robe mientras mide. Así que suelo llevarme un libro y música para pasar el tiempo.

Mucha gente no se da cuenta de que justo después de un gran sismo la probabilidad de que haya más es mucho más alta que antes. En el reciente terremoto de Alborán, que afectó a Melilla, la población estaba muy asustada porque la actividad no remitía. Mi familia vive allí, y siempre me estaban preguntando sobre ello. Me di cuenta de que hay mucha desinformación, y que la gente no sabe cómo actuar en caso de un terremoto grande. Por eso he decidido destinar el premio, en caso de ganarlo, en una campaña de prevención sísmica centrada en Melilla. Al fin y al cabo, en la zona donde ocurrió al norte de Marruecos ya ha habido dos previos en los últimos 20 años. Uno de ellos se llevó la vida de unas 600 personas en Alhucemas. Aunque ya doy charlas cada vez que puedo en Melilla, con el premio tendría la oportunidad de organizar una campaña más completa. Es mi intención hacer una serie de paneles en los que se expliquen los conceptos básicos sobre los terremotos, y, sobre todo, qué hacer antes, durante y después de un sismo. Hay mucha gente que no sabe cómo reaccionar, y ponen en peligro sus vidas por desconocimiento, más que otra cosa. Por ejemplo, un familiar mío cogió el ascensor en el terremoto grande. No importa qué clase de urgencia sea, nunca se coge el ascensor. Si uno se queda atrapado en él va a ser muy complicado el rescate de esa persona. Así pues, mi intención es hacer una exposición, que puede ser itinerante, y elaborar unos panfletos que den normas básicas de actuación en caso de ocurrencia de terremoto. Incluso, si es posible, traducirlas al árabe o al tamazigh (la lengua hablada de las personas del norte de Marrruecos), para hacer conocer las normas básicas de actuación en caso de sismo en la zona.