Desde el punto de vista científico se ha comprobado que inyectar fluídos, sobre todo en zonas con fallas, provoca terremotos. Lo que no se sabe es cómo de grandes pueden ser, pero es evidente que la sismicidad aumentó mucho justo después de las inyecciones, y como no se puede estimar cómo de grande podrían ser los terremotos (no hay estudios definitivos sobre el tema), hay que pararlo. Debió haberse hecho un estudio previo de impacto medioambiental.
Desde el punto de vista político, me parece una vergüenza, que paguemos algo así. En fin, me has pedido mi opinión.
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