Unas bacterias que conviven con las algas verde-azuladas (y los compuestos tóxicos que liberan) en el mismo embalse. Las descubrió mi compañera Mª Ángeles hace cuatro años y desde entonces trabajamos con ellas.
Estas bacterias tienen unas proteínas (encimas) especiales que son capaces de romper los enlaces de la molécula de microcistina (que es muy grande y resistente) y dividirla en nitrógenos, oxígenos y carbonos que las bacterias usan como comida.
Fue un gran descubrimiento sin el cual ahora no tendría trabajo! 🙂
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